7 de marzo de 2006
Vislumbres de Marcelo Brodsky
SABADO 11 de marzo, 12 hs
INAUGURACION fac
Juan Carlos Gómez 1544 p.2
"Vislumbres" Fotografías recientes, instalación e intervención.
en colaboración con el CMF/centro municipal de fotografía y el CCE.
Marcelo Brodsky se formó como fotógrafo durante su exilio en Barcelona, en los 80. En el año 1997, editó y expuso por primera vez el ensayo fotográfico Buena Memoria (la marca editora) compuesto por fotografías, video y textos que recogen la evolución personal y colectiva de un curso de alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, marcado por la desaparición de dos de sus miembros a manos del terrorismo de estado. La muestra del mismo nombre se ha expuesto entre 1997 y 2005 en noventa oportunidades en veinte países, tanto en forma individual como integrando diversos proyectos artísticos. En la Feria del Libro de Buenos Aires de 2000 y el Centro Cultural Recoleta de la misma ciudad expuso Los condenados de la tierra, una instalación con libros que fueron enterrados por miedo a la represión durante la dictadura militar. En 2001 editó y expuso Nexo (la marca editora) en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, otro ensayo fotográfico referido a la memoria colectiva. En 2002 realizó una instalación, con restos de bloques de granito que habían formado parte de la fachada de la AMIA, la cual fue expuesta ese mismo año en la Sinagoga de la calle Piedras y en el 2003 en la Plaza Houssay de la Ciudad de Buenos Aires, al cumplirse nueve años de atentado a la AMIA. En 2003 editó Memory Works obra que reune piezas de Buena Memoria y de Nexo, y que fue expuesta ese mismo año en la Universidad de Salamanca y realizó la intervención Imágenes contra la Ignorancia cubriendo con su obra un monumento nazi en la ciudad de Hannover, Alemania.
Buena Memoria ha sido editado en castellano, inglés, italiano y alemán (Hatje Cantz). Memory Works fue editado por las Universidades de Salamanca y Valladolid. Su último libro, Memoria en Construcción, presentado en noviembre pasado, es una convocatoria abierta a artistas e intelectuales que realizan sus propuestas acerca del futuro del Espacio por la Memoria en la ESMA, que fuera el principal campo de concentración de la dictadura militar argentina.
Es miembro del organismo de Derechos Humanos Buena Memoria y de la Comisión pro Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, que supervisa y coordina la ejecución del Parque de la Memoria junto al Río de la Plata, y del Monumento por los desaparecidos y asesinados durante la dictadura militar.
El trabajo de Brodsky procura comunicar a las nuevas generaciones la experiencia del terrorismo de estado en Argentina de una manera diferente, basada en la emoción y en la experiencia sensible, para que esa transmisión genere un conocimiento profundo y real, basado en el diálogo entre las distintas generaciones afectadas por las consecuencias de la dictadura militar.
Se inauguró en el Centro Cultural de España la videoinstalación “Los condenados de la tierra”.
Martes 7 de marzo de 2006, 19 hs. Abierta hasta el 29 de abril.
LOS CONDENADOS DE LA TIERRA
“Quemamos y enterramos nuestros propios libros. En pleno terror, todo objeto era comprometedor. Poseer un libro, una agenda con un nombre inconveniente, un elemento que pudiera identificar ideológicamente a su dueño, podía convertirse en un pasaporte a la tortura y a la muerte. En esas circunstancias, muchos nos vimos obligados a quemar nuestros libros, a enterrarlos, a dejarlos abandonados en bolsas de residuos en cualquier esquina (…). Nosotros, la generación que vivió la dictadura, quemamos nuestros propios libros, una parte de nuestra identidad personal. Hay una imagen fílmica muy conocida de los nazis quemando libros en una pira durante la Noche de los Cristales Rotos en Berlín. En la Argentina no fue necesario que otros quemaran nuestros libros, aunque eso también haya ocurrido. Los quemamos nosotros mismos, por miedo. Estos cuatro libros fueron enterrados durante la dictadura militar. Permanecieron bajo tierra durante casi veinte años, en el jardín de la casa de Nélida Valdez y Oscar Elissamburu, en Mar del Plata. Gozaron de digna sepultura, un privilegio que no tuvieron muchas de las víctimas de la dictadura. Hoy, desenterrados por sus hijos, son un testimonio de lo que tuvimos que pasar. Estos libros no pueden cumplir la función para la que fueron concebidos. Sus hojas, palabras y signos se han convertido en la memoria de lo que fueron y en testimonio rescatado por una nueva generación.”
Marcelo Brodsky